Es momento de decirle a las empresas que no es suficiente con poner de color arcoíris sus logos en redes sociales. Es necesario mostrar un verdadero compromiso con la comunidad. Por ejemplo, reflexionando sobre qué oportunidades laborales les ofrezco.
Empresas e instituciones de gobierno ponen banderas del orgullo en sus edificios o replican consignas feministas, pero sin impulsar medidas favorables de transformación social, ni garantizar derechos ni acceso a recursos para el bienestar de las mujeres o las personas LGBTIQ+.
Promover espacios de trabajo libres de discriminación y de ambientes tóxicos y sexistas también es una forma de luchar por la comunidad. Esto se logra por medio de campañas de sensibilización y políticas que sancionen cualquier acto de homofobia, lesbofobia o transfobia.
Hay una delgada línea entre apoyar a la comunidad LGBTIQ+ y lucrarse. Los movimientos #washing son una evolución y a veces un complemento a los programas de responsabilidad social corporativa de las empresas; tratan de dar respuesta a los "consumidores conscientes", que piden a sus marcas una contribución para hacer un mundo más igualitario
Es el momento oportuno para reflexionar y preguntarnos: ¿Cuál ha sido el compromiso de la marca con el colectivo LGBTIQ+ durante el año?
Para evitar el #pinkwashing y caer en desgracia a la hora de apoyar una causa o un movimiento social, las marcas deben creer fielmente en ello y demostrar cómo lo pone en práctica. No puede quedarse solo en un gesto aislado aprovechando el “tirón” de la conversación en redes sociales. Por supuesto, en el caso de apoyar formalmente una causa, está en pleno derecho de comunicar su adhesión de muchas formas: adaptación de logos, de identidad visual, etc. Pero esta alianza debe ser transparente y los usuarios y consumidores deben poder acceder a esa información, no un día al año, todo el año.
«Una empresa responsable es aquella que, además de perseguir un fin lucrativo, también busca hacer avanzar al país. Si sólo intenta ganar dinero no dará una buena imagen y la gente no comprará su producto o servicio y al final la acabará castigando»
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